Los policías municipales de Roma se sienten “cornudos y apaleados”. Así lo confesaba recientemente el secretario general de un sindicato policial, alessandro Marchetti. La denuncia venía después de que dos policías terminaran en el hospital: El primero por intentar mediar en una pelea entre sudamericanos; el segundo, herido por una piedra lanzada por un vendedor callejero, cuando la policía intentaba secuestrarle la mercancía que vendía ilegalmente. Se comprende la rabia de la policía si se tiene además en cuenta que por cada día que faltan al servicio, aunque su baja fuera obligada por la lesión sufrida, se le descuentan 15 euros diarios del sueldo. De ahí lo de “cornudos y apaleados”, e incluso la amenaza velada de muchos policías de permanecer de brazos cruzados cuando se presenten situaciones delicadas.
El descontento no es sólo de la policía municipal. También los policías nacionales protestan contra el gobierno. Aunque tienen las manifestaciones prohibidas, 40.000 policías se echaron ayer a la calle por el centro de Roma para protestar contra la falta de medios y sus bajos salarios: Mil trescientos euros al mes cobra un policía nacional.
Los mayores insultos de los policías se dirigieron contra Silvio Berlusconi y su ministro de la Administración Pública Renato Brunetta, quien recientemente los calificó de “vagos y barrigudos”. Los policías le devolvieron el insulto llamándole “payaso”. Detrás de la dura ironía contra Berlusconi por sus escándalos sexuales e insultos lanzados contra el Gobierno, el mensaje de los policías a la sociedad ha sido rotundo: “La seguridad es un derecho”. AL ministerio del Interior no le ha quedado más remedio que reconocer que sus finanzas están agotados y que, en efecto, su deuda es de 1.000 millones de euros, incluyendo retrasos salariales a los policías. A la protesta de los policías se ha sumado hoy también la de los bomberos. Estos han comprado una página de publicidad en la prensa para protestar contra su falta de medios, bajos sueldos y exceso de trabajo. “Si las fuerzas del orden se ven obligadas a protestar en la calle, eso significa que estamos al borde del desastre”, dice Antonio Di Pietro, uno de los líderes de la oposición.
Diario de un corresponsal 