En Haití sigue el caos y los saqueos. Las noticias procedentes de Puerto Príncipe siguen causando horror, como la que señala que cien niños podrían estar sepultados bajo los escombros de su escuela.
A menos de 100 kilómetros de la tragedia y del epicentro del terremoto, El Independence of the Seas, con 3.100 pasajeros, atracó en la playa de Labadee, en la misma isla. Los turistas del crucero de lujo han podido disfrutar de cocktails, barbacoas y deportes acuáticos, ajenos al clima de devastación y desolación que vive la población del lugar.
Son las dos caras de una moneda, representadas por estas dos fotos que hablan por sí solas.
Es fácil caer en la hipocresía y en falsos moralismos. Prefiero constatar hechos. El pasado viernes, menos de 48 horas después del terremoto, comenté el distanciamiento e indiferencia con que algunos periódicos italianos informaron sobre la tragedia de Haití. Hoy la imagen del crucero junto a otras sobre el drama de Haiti solo viene a confirmar la indiferencia y a menudo falta de sensibilidad del género humano, porque parece claro que los problemas y las tragedias son siempre de los demás mientras no los suframos en primera persona.