El “no” en el referéndum de Suiza sobre los minaretes ha causado sensación en Europa y muy especialmente en Italia, por la cercanía y sensibilidad con el tema. Ese voto, fruto seguramente del miedo, aviva el debate sobre la ola de islamización en Europa.
En Italia, los partidos políticos y el Vaticano han expresado preocupación porque ese “no” es un regalo al islamismo fanático, porque limita la libertad y no favorece al diálogo. Se ha quedado sola la Liga Norte de Umberto Bossi, que ha aplaudido el resultado del referéndum y le gustaría hacer lo mismo en Italia. Ha ido incluso más lejos: sus líderes Castelli, ex ministro de Justicia, y el ministro Calderoli han propuesto que en la bandera nacional italiana figure el crucifijo.
Ante semejante cruzada de la Liga Norte , algunos han recordado cuando su líder, el ministro Umberto Bossi, afirmaba que “con la bandera nacional me limpio el c…”. Eran tiempos, no lejanos, en que la bandera tricolor italiana era para la Liga Norte símbolo de opresión.
Una vez más, la Liga Norte vuelve a mostrar su oportunismo y demagogia. Algunos de sus líderes plantean una cruzada, con bandera y crucifijo, para afrontar una guerra de religión. Puro y peligroso populismo.