A raíz del brote de violencia racial en Rosarno (Calabria, al sur de Italia) se ha abierto un gran debate en el país sobre el racismo. Las opiniones se dividen. . Para el periódico de la Santa Sede, L’ Osservatore Romano, no hay duda: “Los italianos son todavía racistas. “En el 2010 nos encontramos todavía en el odio. Además de desagradables, los episodios de racismo que aparecen en las crónicas nos dan cuenta del odio mudo y salvaje hacia otro color de piel que creíamos haber superado. Por una vez, la prensa no exagera: un viaje en tren, un paseo en el parque o un partido de fútbol, no dejan lugar a dudas”.
Algunos de esos episodios pueden verse cada domingo en algunos estadios de Italia, donde se oyen coros racistas contra algunos jugadores negros, en particular contra Balotelli, jugador del Inter de Milán. De ahí que el presidente de la UEFA, Michel Platini, haya comentado que “si hay racismo en los estadios, deben cerrarse”. Está de acuerdo con Platini el ministro del Interior italiano, Roberto Maroni: “Debe haber tolerancia cero contra los coros racistas. EL árbitro debe suspender el partido”.
Infinidad de opiniones se escuchan hoy en Italia sobre los inmigrantes y el racismo. Las palabras más simples y sabias han venido del papa: “Los inmigrantes son personas, deben ser respetados”.
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