El papa más amado de los judíos, Benedicto XVI, y el más rechazado, Pio XII, serán beatos. Benedicto XVI ha firmado el decreto que reconoce sus “virtudes heroicas” y los convierte en “venerables”, un paso decisivo hacia los altares. El último paso para la beatificación será el reconocimiento oficial de un milagro, que en el caso de Karol Wojtyla ya ha sido elegido: la curación imprevista e inexplicable de la religiosa francesa Marie Simon-Pierre, en el 2005, que tenía el parkingson, como Juan Pablo II.
La beatificación del papa Wojtyla podría ser en torno al 16 de octubre del 2010, en el aniversario de su elección como pontífice (16 de octubre de 1978).
Para Pio XII es más difícil prever su beatificación. Una parte del mundo judío lo sigue criticando por considerarlo insensible hacia el sufrimiento de ese pueblo y por mantener silencio sobre el Holocausto.
Benedicto XVI visitará el próximo 17 de enero la sinagoga de Roma. Lo hará, pues, en un ambiente de polémica y cierta frialdad de los judíos.
En el caso de Juan Pablo II, el Papa aclamado “Santo Subito”, no ha faltado alguna voz discordante por la rapidez de su beatificación. El cardenal Godfried Danneels, critica en la revista italiana 30Giorni “la excesiva aceleración para la beatificación” del papa polaco. Danneels, que no oculta su predilección por Pablo VI como papa, llega a decir incluso que Juan Pablo II ha gozado de “una vía preferencia inaceptable”. La respuesta le ha venido del histórico secretario del papa Wojtyla, hoy cardenal de Cracovia, Stanislao Dziwicsz: “Danneels habla de cosas que no sabe y de un proceso que no conoce”.
Es de resaltar cómo Benedicto XVI, a pesar de las críticas del mundo judío, no se ha dejado influenciar, y promueve la beatificación de Pio XII, un papa rechazado por los judíos, al igual que lo hace con Juan Pablo II, el papa más amado por ese pueblo. Desde su infancia, Karol Wojtyla contó con amigos judíos y fue el primer pontífice que visitó la Sinagoga romana, un paso histórico.
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