Las vueltas que da la vida… Y lo que mueve el dinero. … El 11 de septiembre, el día posterior a la cumbre entre España e Italia en La Magdalena, El País publicaba un editorial con este título referido a Berlusconi: “Mejor no frecuentarle”. Al mismo tiempo, su director Javier Moreno, hacía unas declaraciones al diario La Repubblica, donde comparaba a Silvio Berlusconi con Hugo Chavez: «Un líder al estilo de Chavez, que ignora la democracia».
En contraste con esos juicios de valor, Prisa se acerca al primer ministro italiano y busca en él su tabla de salvación.
Il Sole 24 ore, el periódico de la patronal italiana, hace una análisis de la fusión de la Cuatro y Telecinco, escrito por Paolo Madron, autor del libro «Las hazañas del Cavaliere».

Portada de El País, con foto de Villa Certosa, la lujosa mansión del primer mministro en Cerdeña. Debajo, el siguiente titular: "Las fotografías que Berlusconi no quiere que vean los italianos".
«La debacle política y económica del grupo Prisa, “too influent to fail” (demasiado influyente para fracasar) con 5.000 millones de deudas acumuladas, se evita gracias a un acuerdo que en otros tiempos hubiera sido impensable. Pero que aún hoy parece espectacular. El editor de El País, el coloso de los medios de comunicación más importante de España, es salvado por el mismo Silvio Berluysconi que los periódicos del grupo ibérico escarnecían en la época de Noemi y de Patricia (Noemi, la joven que lo llama Papi y a cuya fiesta de 18 cumpleaños asistió Berlusconi. Patricia D’Addario, ahora la escort más famosa del mundo, tras pasar una noche con el primer ministro).
Berlusconi responde al corresponsal del País
La sibilina amenaza del Cavaliere, lanzada en el pasado mes de septiembrte en rueda de prensa contra el corresponsal (Miguel Mora) del más importante periódico de España que le preguntaba por qué no dimitía, se realiza en una fría tarde madrileña. “No hay que ser facciosos. Se ve que Vd. solamente lee Unità y Repubblica y podría añadir también cosas que Vd. escribe sobre su periódico, pero lo evito. De esta forma se camina hacia la caída de las ventas, de los lectores y de la publicidad. Así se va hacia la quiebra. Y El País debería saber alguna cosa…”
Y ahora que el diablo y el agua santa han decidido mezclar sus propios dominios televisivos hace enfurecer a los lectores del periódico. En Facebook aparece el desahogo de las rabias extemporáneas y se suceden las peticiones de boicotear al grupo Prisa.
Pero a complacerse de la operación está también quien en la famosa conferencia de prensa de la Magdalena estaba al lado de Berlusconi, un poco embarazado por el matiz “privado” que tomada el encuentro. José Luis Rodríguez Zapatero ahora consuma su venganza sobre quien, apenas tomadas las riendas del gobierno, y habituado a 15 años de felipismo (el largo reinado de Felipe González) duro e ideológicamente puro, lo llamaba “Bambi” por la idea de una política blanda que traspiraba de sus ojos de cervatillo.
Bambi, en estos meses, ha gozado dos veces. La primera cuando desgraciadamente ha querido hacer entrar en un sistema televisivo ya afligido por la crisis otros dos actores, la Cuatro y la Sexta, mientras la torta de las entradas ya no bastaba a satisfacer las arcas de los canales establecidos. La segunda cuando Prisa, en un movimiento que debía sancionar la perfecta reorganización de su cartera, lanzó en el 2007 una opa sobre Sogecable, es decir sobre una sociedad de la que ya poseía la mayoría absoluta. Los otros socios distinguidos, Telefónica y Canal Plus, que había jurado mantener sus posiciones, alentados por el precio vendieron, obligando a los bancos a dar una financiación puente de 1900 millones que ahora el guiado por Juan Luis Cebrián tendrá que restituir en marzo.
No pudiendo honorar la fecha de caducidad, ha tenido que deshacerse deprisa y corriendo de algunas de sus joyas, entre ellas la Cuatro, la televisión en abierto que bien mirado, entre todos sus sociedades, es la más estratégica, teniendo en cuenta que en el futuro la televisión tiene mucho más que decir que la prensa escrita.
La capitulación de Prisa, en un mercado donde cada movimiento en la guerra del éter genera un efecto dominó, ha abierto el camino a la casi completa italianización de las televisiones privadas españolas, obligando a De Agostini, ya presente en Antena 3, a poner los ojos sobre la Sexta, la más “zapaterista” de las nuevas empresas de comunicación (edita el diario radical-socialista Publico).
Es probable que, salvo sorpresas, en las próximas semanas también el canal que transmite desde San Sebastián de los Reyes (Antena 3) anuncie el matrimonio en el que ya están trabajando rápidamente Morgan Stanley y Citigroup.
La fusión se presenta más fácil que la de Telecinco y la Cuatro, sobre todo porque la Sexta solamente tiene unos 80 trabajadores, frente a los 1550 que suman la Cuatro y Digital Plus, y un power-ratio (la relación entre cuota de telespectadores y cuota de mercado) que permite al canal español un mayor crecimiento del precio de venta de la publicidad».
Lo que parece obvio con estas fusiones , y la italianización de las televisiones privadas españolas, es que habrá menos pluralismo en España.
PREGUNTA CORRESPONSAL DE EL PAIS, MIGUEL MORA, Y RESPUESTA DE BERLUSCONI (10 de septiembre 2009):
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