A Silvio Berlusconi le llegan hasta la séptima planta del hospital de San Rafael de Milán los ecos de sus seguidores. Algunos han colocado carteles, otros llevan pancartas. Su popularidad ha aumentado y el mito Berlusconi crece, alimentado por él mismo. En efecto, la primera cosa que ha hecho Silvio Berlusconi al despertarse temprano ha sido leer los periódicos. Hombre de TV, el primer ministro sabe como nadie la importancia de los medios informativos en la formación de la opinión pública.
Por ello Berlusconi ha enviado a los medios su primer mensaje tras la agresión: “Gracias de corazón a tanta gente que me ha enviado mensajes de cercanía y de afecto. Reitero a todos que estén serenos y seguros. El amor vence sobre la envidia y el odio”.
Berlusconi está mejor, pero ha dormido poco. Su horario reducido es conocido a los italianos gracias a las indiscreciones de la prostituta de lujo Patricia D’Addario, que por solidaridad con Silvio Berlusconi ha decidido posponer la presentación de su libro “Disfrute presidente”, en el que cuenta al detalle la noche pasada en el palacio romano del primer ministro.
A la creación del mito contribuyen también sus ayudantes, sobre todo su médico y su portavoz, muy presentes en TV, medio por el que se informa el 80 por 100 de los italianos y que controla Silvio berlusconi, con la excepción de un canal. Su portavoz Paolo Bonaiuti ha dicho que Berlusconi seguirá estando entre la gente, “para hablar con todos y dar atención a todo el mundo. Esa es la clave de su éxito personal y de su carisma”. Berlusconi es “un león”, concluye su portavoz.
A la creación del mito está contribuyendo también el entusiasmo popular, bajo la atenta mirada de televisiones, fotógrafos y periodistas. Al ingreso del hospital, se ha extendido una gran pancarta: “Forza presidente”, firmado por la Curva Sur de Milán.
Un señor lleva una gran bandera italiana y adosado un cartel en el que ha escrito: “Berlusconi eres grande, un mito. Pasarás a la historia. Gracias por lo que has hecho por nuestro país. Los astros están contigo”.
Su partido prepara ya una gran manifestación de apoyo a Roma. Será después de las fiestas de Navidad, para contar con el tiempo necesario y organizar algo multitudinario.
Hay un lado oscuro en la creación del mito: está en la red, en internet. Aquí la situación tiene graves connotaciones, porque miles se muestran a favor de Berlusconi, pero también a miles se han escrito frases y lemas absolutamente inadmisibles y condenables; por ejemplo: “Asesinemos a Berlusconi”.
En la red social Facebook un grupo ha proclamado “Tartaglia Santo Subito”, en referencia al agresor. Algo que causa horror, pues a veces las palabras son como piedras o incluso actos. De ahí que el ministro del Interior haya mostrado su intención promover una ley para eliminar las páginas webs violentas. De momento, se ha procedido a cancelar de los sitios on line los grupos a favor o en contra de Tartaglia.
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