Conocí en mi época de corresponsal en París al actual ministro de Inmigración, Eric Besson, de 51 años, nacido en Marruecos, hijo de padre francés y madre de origen libanés. En el 2007 fue centro de un escándalo político, y fue acusado de traidor. Ahora es de nuevo motivo de escándalo por un libro de su ex mujer, que cuenta las traiciones y e infidelidades del ex marido.
Eric Besson abandonó en plena campaña electoral su cargo de responsable de economía del Partido Socialista y dejó plantada a la candidata a la presidencia de la República Ségolène Royal. Terminó incluso por publicar un libro-entrevista contra ella titulado «Quién conoce a Madame Royal». Nikolas Sarkozy lo acogió con los brazos abiertos en su equipo de gobierno.
Su ex mujer Sivie Brunel ha escrito un libro que mañana se pone a la venta en Francia, en el que cuenta las innumerables infidelidades y humillaciones que sufrió con el ministro en 25 años de matrimonio, fruto del cual son tres hijos.
La primera humillación llega el día de la boda. Mientras el alcalde que los casa lee la frase ritual “los esposos prometen fidelidad, asistencia y ayuda recíproca”, Eric Besson lo interrumpe y con voz rotunda aclara: “Asistencia y ayuda, seguramente. Fidelidad, no”.
Su ex mujer lo define un insaciable traidor, con una serie interminable de amantes. Eric Besson vive ahora con una mujer mucho más joven que él y asegura que es un “hombre político que no debe dar cuentas a nadie de su vida privada”.
Está claro que la traición política a veces paga. Sarkozy lo hizo primero secretario de Estado, y luego ministro de Inmigración. Pero, ¿paga también la traición y la infidelidad en la vida privada? De momento, Eric Besson se ha ganado la venganza de su ex mujer. Acostumbrado en política al cambio de chaqueta, y en su vida privada al cambio de mujer, falta por ver cuánto dura su “unión” con el presidente Nikolas Sarkozy.

Ministro Eric Besson con ex mujer Sylvie Brunel
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