Cuando el presidente Obama llegó a la casa Blanca, Silvio Berlusconi se quiso hacer el gracioso y metió la pata al comentar, delante del presidente ruso, Dmitri Medvédev: “ Obama tiene todo para poder ir de acuerdo con él: es joven, guapo y está bronceado”.
Algunos de los «presuntos» errores o «gaffes» de Berlusconi son completamente estudiados, y nada improvisados. Pero lo de Berlusconi con Obama empieza a ser preocupante. Hoy en rueda de prensa, Silvio Berlusconi ha tenido un lapsus y ha rebajado al presidente Obama de categoría, llamándole «ministro» .
Un lapsus lo tiene cualquiera. Pero más preocupante es la obsesión de Berlusconi contra la prensa. Con gesto autoritario, Berlusconi ha dicho hoy que “he pedido a los ministros que no respondan preguntas sobre cotilleos, sino a cuestiones sobre verdadera política”.
Berlusconi se refiere así a temas que le afectan muy directamente, como, por ejemplo, sus fiestas con jóvenes, entre ellas prostitutas, en su residencia. A eso Berlusconi lo llama cotilleo.
El primer ministro italiano se permite incluso señalar a los periodistas las preguntas que le deben hacer: ¨Sólo las referidas a la verdadera política, es decir, a las realizaciones que ha hecho nuestro Gobierno¨. A Berlusconi se le podría recordar el dicho de que ¨no hay preguntas indiscretas, sino respuestas impertinentes¨.
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